lunes, 4 de junio de 2007

Avatares diarios

Y llegó y pasó.
Y me quedé como si no hubiese pasado.
No sabía ni entendía que sucedía.
Pero no solo fue un instante,
si no
que se fue sucediendo de manera regular,
con la metódica secuencia del cansino constante.
Con la impertinencia del fuera de lugar,
con la repugnancia que produce el sucio inaguantable,
con la insistencia del soberbio perdedor.
... y todo ello
me produjo el miedo a perder
todo aquello que no tengo...


Pero pasó.
Y se pudo recobrar la paz que nunca poseí.
Se pudo abordar un nuevo día,
triste como el anterior.
Se pudo anhelar aquello que no conseguiré.
Y son esas certezas confusas y movedizas,
los pilares que sustentan toda mi verdad.
(tan falsa como la tuya).



Visualizando
"Últimos días" de Gus Van Sant.
Y entendí, que no entendía como se le fue la vida.
Planos precisos y tranquilos, como la vida de un yonqui.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nos negamos a reflexionar sobre lo que pasa. Para no ser conscientes de ello.