jueves, 19 de febrero de 2009

Humor & baile



“El humorismo es siempre un poco burgués, aún cuando el verdadero burgués es incapaz de comprenderlo.
Sólo el humorismo, el magnifico invento de los detenidos en su llamamiento hacia lo mas grande, de los casi trágicos, de los infelices de la máxima capacidad, sólo el humorismo, (quizá el producto mas característico y más genial de la humanidad) lleva a cabo este imposible, cubre y combina todos los círculos de la naturaleza humana con las irradiaciones de sus prismas. Vivir en el mundo como si no fuera el mundo, respetar la ley y al mismo tiempo esta por encima de ella, poseer como “si no se poseyera”, renunciar como si no se tratara de una renunciación –tan sólo el humorismo esta en condiciones de realizar todas estas exigencias, favoritas y formuladas con frecuencia, de una sabiduría superior a la vida".

Hermann Hesse. El lobo estepario.

El sentido del humor tiene la obligación de venir aparejado a la inteligencia.
Tal vez la sensación cínica de la existencia (el hecho real de la finitud humana) se pueda acomodar mejor a un estrato social resguardado de la falta de necesidades básicas, por lo que puede que debido a este hecho, el burgués que cita HH no lo pueda entender en toda su amplitud.
Merito tiene por otra parte, proletariar tan ricamente y gozar de una sano sentido del humor...


FF

Posiblemente no tenga absolutamente nada que ver con un juicio certero y escrupulosamente ajustado de lo que es o significa el último álbum musical de FF "Tonigth: Franz Ferdinand", pero lo que estos escoceses consiguen con su música es que siga mirando de reojo a ese periodo vital de mi vida (y de la tuya) llamado juventud, que se me va, como se van otras muchas cosas...Pues eso, que lo oigo y miro, y es como si no se me fuese...
El disco es, tal vez, menos áspero que los dos que le preceden, pero no por ello menos interesante, ni mucho menos. Cada canción tiene su particularidad y de esa individulidad nace el todo. Varían, pero forman un todo compacto. Una delicia.

martes, 17 de febrero de 2009

El quinto en discordia + poema




Usted es todavía suficientemente joven para pensar que el tormento del espíritu es algo magnífico, un síntoma de naturaleza superior. Pero ya no es ningún joven; es un hombre de mediana edad, y ya va siendo hora de que sepa que ese atletismo espiritual no desemboca en la sabiduría. Perdónese por ser una criatura humana, Ramsái. Ése es el principio de la sabiduría; eso es, en parte, lo que se pretende decir con aquello del temor a Dios, y en su caso es la única forma de mantener la cordura."
Roberston Davies, El quinto en discordia

Perdonarse para alcanzar la sabiduria...eso suena realmente bien.
Es un principio extendido de forma natural por lo que nosotros conocemos como mundo oriental. (Estamos posicionados de tal manera, que somos, los occidentales, los referentes, incluso geograficamete hablando).
No es tan fácil como parece el autoperdón. Mas bien diria, la autoaceptación. Aceptarse como uno cree que debe de ser, con sus miserias y pequeñas grandezas.
Los referentes inalcanzables, cuando se alcanzan tienen la virtud de defraudar, no en si mismos, si no por lo que esperamos que sean, que practicamente nunca son lo que nosotros esperamos.
Efectivamente, atormentar el espiritu no lleva a la superioridad moral. Sin embargo creo, que como ejercicio enriquecedor del alma, sí que nos valdría, sabiendo frenar a tiempo, para retornar a la coherencia mundana del incoherente real en el que vivimos.
Una joya el libro del Sr. Davies. Absolutamente recomendable.



Rutina matinal.
Metro de Madrid, primavera del 96

Está el ambiente viciado de miradas obscenas.
Las retinas, como brótolas, borbotean con ansia
dentro de pegajosos ojos dormidos.

Desafiantes como espadas
cortan con ellos el aliento.
Escudados en un Marca
inquietos, buscan carne fresca,
-o muerta-.

Traqueteo lascivo,
movimiento regular que acunas pensamientos impuros.
Mis ojos captan palabras –errantes en la niebla-
que mis oídos no ven.
Baile somnoliento que ocultas pesares
¡Cúantos sueños corren pasillos abajo!

Cuando ando perdido
sigo el mejor culo.

miércoles, 4 de febrero de 2009

De dignidades + Poema




"Nuestro pueblo era tan pequeño que se estaba en él de repente; carecía de esa dignidad que carecian las afueras" Roberston Davies, El quinto en discordia, Ed. Libros del Asteroide.

Merodeo por las afueras constantemente. De repente me encuentro dentro, de repente estoy fuera....
Por eso creo que mi vida carece de dignidad. Como de dignidad carece el momento en el que me ha tocado vivir. No se si ha sido de repente o se ha ido haciendo a poquitos, el caso es que busco la dignidad a mi alrededor y no la encuentro, o no la se ver, que tiene que haberla aunque yo no sepa reconocerla...
Merodeo por el mundo del arte; música, literatura y cine me equilibran. Son las artes que las pueden dar algo de sentido al tonto mundo en el que vivimos. Tonto mundo que se ha enredado con una pseudociencia llamada economia que nos arrastra al desasosiego existencial.
¿Punto de inflexión?. Ya veremos, estamos demasiado cerca como para darnos todavía cuenta.
En fín, esperemos que haya algo o alguien que sea capaz de dar un giro a la forma de entender una efímera existencia en un lugar fantástico que la mayoría de los que estamos en él no hemos sabido observar.
¡Tanto merodeo no puede ser bueno!


La musa que corrió del pokemon.

“Tu haces la cama
mientras yo compongo un poema”

Me chirria el alma
a golpe de edredón.
Me comentas el precio del pescado
y mi ser busca el verso apaciguador.

Entre el ric-ric de pajaros invisibles,
y el boom boom de músicas lejanas,
en una fresca mañana
se posa en mi ser el cálido verso
convertido en necesidad perentoria,
en mundo necesario y último,
para aferrarme a lo que no entiendo.

Trasciendo ante el papel,
extasiado en mi,
¡Qué importante es componer!
Hasta que mi niño, seis años,
entra por la puerta
y me dice “que uno de sus pokemons ha sufrido una doble transformación”.

¡Se rompió la magia de la trascendencia poética!
Mi niño, seis años, me vuelve a interrumpir.
Molesto chaval que a tu padre aturullas…
…y sigo buscando el génesis poético…


¡Marchate niño!
¡Deja a papa navegar en la trascendencia!

No os dais cuenta,
pero se necesita la ausencia de la realidad
para poderla explicar.

No entiendo que es poesia…
Debo seguir concentrándome
para poder entender el sentido de la vida….


Granada. junio 08